La importancia de los signos de puntuación

        Los signos de puntuación son imprescindibles en cualquier texto y su mal uso puede dar lugar a confusiones, pero muchas personas no se dan cuenta de la importancia correcta de la puntuación y que su  cambio de lugar puede cambiar todo el significado de lo que se escribe y por veces  puede causar algunos inconvenientes para el receptor.


         Mira el ejemplo debajo encontrado en 22up  que demuestra la importancia de una buena puntuación.
DON FACUNDO FONSECA ESTABA PARA MORIR E HIZO SU TESTAMENTO:

Yo dejo mis bienes a mi hijo no a mi sobrino tampoco nunca se pagará la cuenta del sastre no dejo mis bienes a mi esposa no a mi cuñado”.
Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca

A su hijo, sobrino, al sastre, a su esposa, y a su cuñado se le dio una copia de este testamento. Y por fin se murió don Facundo Fonseca. Cada persona se presentó con la copia del testamento ante el juez:

El hijo presentó su copia que decía:
“Yo dejo mis bienes a mi hijo, no a mi sobrino, tampoco nunca se pagará la cuenta el sastre, no dejo mis bienes a mi esposa, no a mi cuñado”. Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca


La copia del sobrino decía así:
“Yo dejo mis bienes: a mi hijo no, a mi sobrino, tampoco nunca se pagará la cuenta del sastre, no dejo mis bienes a mi esposa, no a mi cuñado” .Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca

La del sastre decía así:
“Yo dejo mis bienes: a mi hijo no, a mi sobrino tampoco nunca, se pagará la cuenta del sastre, no dejo mis bienes a mi esposa, no a mi cuñado” Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca

La copia de su esposa decía:
“Yo dejo mis bienes: a mi hijo no, a mi sobrino tampoco, nunca se pagará la cuenta del sastre no, dejo mis bienes a mi esposa, no a mi cuñado” Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca

Y finalmente la copia de su cuñado decía:
“Yo dejo mis bienes: a mi hijo no, a mi sobrino tampoco, nunca se pagará la cuenta del sastre, no dejo mis bienes a mi esposa no, a mi cuñado”. Que mis deseos sean órdenes.
Facundo Fonseca







LA MUERTE LENTA

Muere lentamente quien no cambia de ideas, ni cambia de discurso, evita las propias contradicciones.


Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos y las mismas compras en el supermercado. Quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo, no da algo a quien no conoce.


Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú y su pareja diaria.

Muchos no pueden comprar un libro o una admisión de cine, pero muchos pueden, y aún así se alienan delante de un tubo de imágenes que trae la información y el entretenimiento, pero que no debería, pues con sólo 14 pulgadas, ocupa tanto espacio en una vida


Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones indomables, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas e hipos, corazones a los tropiezos y sentimientos.


Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.


Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.


Muere lentamente quien destruye su amor propio. Puede ser la depresión, esa enfermedad es grave y requiere ayuda profesional. Luego sucumbe cada día quien no se deja ayudar.


Muere lentamente quien no trabaja y quien no estudia, y la mayoría de las veces es una opción y, sí, destino: entonces un gobierno en silencio puede matar lentamente una buena parte de la población.


Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante, desistiendo de un proyecto antes de empezarlo, el que no pregunta acerca de un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe.


Muchas personas mueren lentamente, y esta muerte es una muy ingrata y traicionera, porque cuando se acerca de verdad, ya estamos muy destrozados para caminar en el corto tiempo que resta.


Qué mañana, por tanto, demore mucho para que sea nuestro día. Dado que no podemos evitar un final repentino, por lo menos evitar la muerte en suaves prestaciones, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que simplemente respirar



Martha Medeiros

CIUDAD DORMITORIO
              
Al pasar
las construcciones la retrasan
la distraen
sonándose unas contra otras.

Y ahí está el aire
dispuesto a arrastrarla.

El otoño nunca vuelve
esta temperatura ayuda a morir sin espanto.

La mujer busca dónde dormir
en las puertas de las grandes sucursales
y sueña
que realmente duerme.

GRACIELA BAQUERO

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Bien Soy maestra y alumna al mismo tiempo, porque nunca se pode dejar de buscar el conocimiento. Alguien que gusta mucho de estudiar y ayudar a los otros. Ya soy graduada en letras- portugués y español Pela UFPEL.